8 ERRORES COMUNES cuando salimos a pasear con un perro


pasear con un perro

El paseo es una de esas actividades que sabes que vas a hacer sí o sí cuando un peludo entra en tu vida. Te ayudamos a saber qué debes tener en cuenta a la hora de pasear con un perro.

Pasear con un perro puede parecer sencillo para aquellos que nunca han tenido una de estas mascotas o se están planteado trabajar como paseadores. La realidad es que puede tener sus complicaciones, ya bien por el comportamiento del animal o por la inexperiencia del paseador.

Como paseador, hay que tomar precauciones para evitar situaciones de riesgo para el animal, a la vez que tener un par de trucos bajo la manga por si la cosa se va de madre. Aquí te dejamos una lista que hemos redactado en Snau con los errores que muchos dueños comenten o han cometido con sus mascotas:

Llevar al perro suelto

Pasear con un perro educado, que no se aleje demasiado y que obedezca a la voz de su dueño es posible, por supuesto. Pero no es recomendable llevar suelto al perro si no se le conoce bien o si no le ha educado previamente un profesional. Especialmente, si no es tu perro, olvídate de pasearlo suelto. El uso de la correa te va a quitar muchas preocupaciones y evitará que pase algo desagradable.

No tener los documentos encima

Este apartado va más dirigido a los dueños o paseadores de perros reconocidos como peligrosos. Es recomendable tener a mano el seguro de responsabilidad civil y la licencia administrativa expedida por el Ayuntamiento. Si se trata de un perro que no es considerado peligroso, también se recomienda llevar la libreta de vacunación del veterinario, ya que una autoridad podría requerirlo.

No contar con ninguna “engañatrampa”

Engaña trampa, sí. Nos ha gustado ponerle ese nombre. Nos referimos a algún alimento que especialmente le guste al animal, como galletas caninas o salchichas que incentiven al perro a que nos obedezca. Siempre es más fácil que el animal acuda al llamado si le estamos ofreciendo alguna golosina que le guste. Este truco es especialmente valioso para los paseadores o dueños novatos que aún no han establecido un vínculo con el perro.

No tener en cuenta el periodo de celo

Este punto afecta a los dueños o paseadores de hembras, obviamente. Si la perra tiene el celo, lo mejor es no soltarla y estar más pendiente de ella. En celo, el animal es más propenso a ignorar al dueño.

No dejarle olfatear

Los perros necesitan olfatear para descubrir el mundo que tienen alrededor. Muchos dueños suelen tirarles de la correa cuando huelen cosas que nos resultan desagradables, como desechos de otros animales o desperdicios. Pero para los perros es muy importante entrar en contacto con estos olores, ya que se informan de donde están y eso les hace sentirse más relajados.

     perro en la hierba

Evitar el contacto con otros perros

Jugar con otros perros es tan importante para un peludo como olisquear a su alrededor. Está comprobado que relacionarse con otros de su especie reduce la ansiedad y el miedo. Lo más recomendable es llevar al perro a un parque para canes, donde pueden jugar sueltos en una zona segura. Es muy importante no forzar al animal a juntarse con los demás perros, sino dejarlo a su aire para que gestione su contacto con los demás. Los perros se acerquen los unos a los otros y se huelen hasta que se relajan entre ellos.

Algo a tener en cuenta es el tamaño de los perros, ya que, si un teckel juega con un labrador, este último podría hacerle daño al otro sin querer.  

No interactuar con el perro

La relación entre el perro y el dueño o paseador es importante e influye a la hora de que el animal obedezca. La hora de pasear es un buen momento para afianzar la relación. Puedes jugar con tu mascota e un espacio seguro, como puede ser el tipo de parque citado en el anterior punto. Tirar la pelota o corretear juntos puede ser una buena forma de interactuar en el animal.

No recoger sus “regalitos”

Aunque hay docenas de carteles repartidos por la mayoría de municipios españoles para recordar que hay que recoger las heces de los perros, nosotros no vamos a ser menos. A estas alturas, muchas ciudades se han puesto las pilas con esto y ya hay ejemplos como el de Madrid, donde existe un registro de ADN de perros para identificar sus heces y multar a los dueños. De momento, más de 40.000 perros ya han sido censados. Las bolsitas de plástico para recoger las cacas nunca se pueden quedar en casa.