El cambio de hora afecta a los perros, especialmente a los más mayores y a los cachorros. Los perros enfermos también pueden verse afectados por el cambio de rutinas.
El cambio horario afecta a los perros tanto como a los humanos. No es para preocuparse, pero sí que al principio se puede notar. Y es que, está modificación en el horario nos cambia las rutinas y esto, a su vez, cambia las rutinas de nuestros peludos. La hora de comer, el momento del paseo, el sueño… Son actividades que sufren alteraciones y eso, los perros lo notan.
Es lógico pensar que las mascotas que viven en un apartamento están acostumbrados al ritmo de este. Y una vez el ritmo cambia, los animales notan que algo distinto está pasando. Según los veterinarios, los perros mayores de 10 años (aunque esto puede variar según la raza) son los más sensibles a estos cambios horarios.
Cuándo se nota que el cambio horario altera a los perros
Aunque queremos dejar claro por adelantado que el cambio horario no supone ningún problema de salud para los perros en términos generales, sí que puede ocasionar un cierto cambio en su conducta. El animal puede mostrarse más nervioso de lo normal o manifestar ansiedad.
Los veterinarios también apuntan a que el perro puede desarrollar una conducta irascible. En el caso de los perros más mayores, pueden mostrarse irritados. Los cachorros, por su parte, pueden volver su juego un poco más agresivo o mordisquear con ansiedad todo lo que tienen a su alrededor.
Los perros enfermos tienen dificultadas para adaptarse a cualquier cambio a su alrededor, y el cambio horario no es una excepción.
Los veterinarios indican que se pueden notar estos síntomas durante una semana. Pasado ese tiempo, el perro tiene que estar ya adaptado al nuevo horario. Aunque no es lo normal, si el animal continúa mostrándose ansioso o malhumorado tras siete días, se recomienda acudir al veterinario.
A título personal, lo que amigos míos muy metidos en el mundo de los peludos me han comentado, es que cambian los horarios de su perro poco a poco, y no de un día para otro. Por ejemplo, retrasan cada día la hora del paseo, hasta que esta se adapta al cambio de hora. Al igual que en verano, que adelantan paulatinamente la hora de salida.
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